Los Moche en las Huacas del Sol y de la Luna

Cosmovisión Moche

Hasta hace poco la etnohistoria era la única fuente de información sobre los comportamientos rituales y las cosmovisiones religiosas de los pueblos andinos antiguos. Sin embargo, los hallazgos arqueológicos de tumbas de élite ocurridos durante los últimos años en la costa norte del Perú han permitido plantear nuevos enfoques sobre el tema.

Las investigaciones actuales indican que en la idiosincrasia de la sociedad mochica, el ejercicio del poder se fundamentaba en rituales que cumplían funciones religiosas, políticas, administrativas y económicas. Estos rituales se realizaban de acuerdo a un calendario ceremonial.

Se considera que el Ai Apaec, o Dios de la Montaña era la principal divinidad mochica, que tuvo variadas representacines, según el rol que se le asignara en cada momento o época.

Sin embargo, los antiguos mochicas también ridieron culto a otras divinidades, a las que atribuían el poder de dominar las fuerzas de la naturaleza.

Arte

Sin duda, los mochicas alcanzaron un gran desarrollo artístico, que se evidencia por la excelente calidad de sus iconografías arquitectónicas (relieves, pinturas murales) pinturas murales, objetos de cerámica, metal, madera, textil y otro materiales que trabajaron.

Cerámica

La cerámica mochica tiene dos colores predominantes: rojo y crema. Ellos utilizaron moldes para fabricar sus objetos de cerámica, tanto de uso doméstico como de uso ceremonial.

Estos últimos generalmente tienen base de forma globular y decoraciones que reflejan la cosmovisión e ideología del pueblo mochica. Analizando la iconografìa de la cerámica, los investigadores actuales también pueden conocer interesante información sobre la vida de los moches: ceremonias funerarias, ceremonias rituales, paisajes, viviendas, guerras, enfermedades, etc. La cerámica de uso ritual demuestra el desarrollo artístico que alcanzaron los mochicas.

Metalurgia

Los mochicas llegaron a ser excelentes metalurgistas. El estudio de las joyas del Señor de Sipán (soberano mochica encontrado en Lambayeque, que fue contemporáneo a los señores que debieron gobernar la Huaca de la Luna) demuestra que ellos desarrollaron técnicas muy sofisticadas para la fabricación de objetos de metal, que los europeos no conocieron hasta los siglos XVIII y XIX.

Un ejemplo de ello son los objetos de cobre dorado. Para fabricarlos los mochicas emplearon aleaciones que contenían un bajo porcentaje de oro, pero usando la técnica tumbaga (parecida al electrólisis), lograban que el oro aflore hacia la superficie.

Arquitectura

La Huaca de la Luna es una pirámide trunca que fue construida en un paisaje enmarcado por el Cerro Blanco y el río Moche. Está formada por millones de adobes. Su aspecto y altura final, que alcanza de 210 a 290 metros (según el sector que uno mida) es resultado de un largo proceso de remodelaciones y ampliaciones, realizadas a través de la superposición de por lo menos seis edificios.

Es decir, los ambientes de los edificios más antiguos fueron rellenados sucesivamente por los mismos mochicas, usando bloques de adobes tramados para construir sobre ellos otros edificios de mayor altura y amplitud. Los trabajos de reconstrucción fueron aprovechados para construir en el interior de los rellenos, algunas cámaras funerarias destinadas a los representantes de la élite.

Los rellenos de los edificios fueron hechos utilizando avanzadas técnicas de construcción, que permiten la elasticidad de las estructuras, para que puedan balancearse, sin destruirse durante los movimientos sísmicos.

Según los cálculos de los investigadores, los muros de la Huaca de la Luna conservan unos 10,000 M2. de superficies polícromas, de los cuales actualmente sólo se muestran unos 1 500 m2 a los turistas.

Varios siglos después de la caída del reino Mochica, los miembros de la élite Chimú (pueblo descendiente de los Moche, que se desarrolló en la costa norte del Perú entre los siglos IX y XV después de Cristo) ocuparon algunos sectores de la Huaca de la Luna, y construyeron cámaras funerarias allí.

Desarrollo Urbano

El estudio de la ciudad ubicada entre las Huacas del Sol y de la Luna se inició en 1995, para comprender cuál fue la situación social y política que permitió la construcción de ambos templos; que a juzgar por sus grandes dimensiones fueron construidos por una sociedad muy poderosa.

Los restos de la citada ciudad abarcan actualmente unos 500 metros, y aunque no se les puede ver sobre la superficie, las excavaciones arqueológicas que se han realizado allí durante temporadas anteriores han aportado interesante información sobre la estructura socieoeconómica de los moche, y el nivel de desarrollo urbano y estatal que ellos alcanzaron.

En base al estudio de los restos de cerámicas, metales y otros materiales de uso ceremonial que fueron encontrados en los talleres de artesanos, que aún se conservan en la ciudad, los investigadores sostienen que ésta fue habitada por personas correspondientes a la élite mochica, responsables de los servicios que se realizaban en ambos templos, comunmente llamados huacas.

Planificación Urbana

Para considerar como ciudad a un centro urbano arqueológico, allí deben existir elementos básicos como áreas de producción industrial, zonas administrativas, viviendas de elite, zonas de servicio para los residentes (mercados, depósitos, agua, etc.), servidores y templos. Según los resultados de las investigaciones arqueológicas realizadas en el centro urbano ubicado entre las Huacas o templos del Sol y de la Luna, por este motivo lo consideraremos como ciudad.

Según las investigaciones realizadas hasta el momento, la ciudad presenta una planificación ortogonal, donde hay callejones de 1.8 metros de ancho, que separan los grupos de viviendas. Los citados callejones conducen hacia espacios abiertos, de unos 20 metros de lado (en promedio), a los cuales los investigadores llaman plazas.

Resulta interesante observar que además de callejones existió una gran “avenida”, que separó al centro urbano de un área más elitista, donde la arquitectura tuvo una función intermedia entre lo sacro y lo doméstico. Por este motivo, los relieves polícromos que se observan allí están ligados al templo o Huaca de la Luna.

Según los arqueólogos es probable que también existan otras “avenidas” que separan al centro urbano de la Huaca del Sol, pero esa aún es una hipótesis que deberá ser confirmada a través de las investigaciones Arqueológicas.

Es oportuno destacar que la planificación de avenidas, callejones, plazas y la presencia de canales de abastecimiento de agua como los que se han encontrado en la ciudad, demuestra que allí hubo un poder central capaz de definir los trazos y que la sociedad Moche alcanzó un gran nivel de organización.

Vida Doméstica

Las investigaciones arqueológicas realizadas hasta el momento indican que en la Huaca de la Luna no se realizaron actividades domésticas, ya que fue un templo de uso exclusivamente ceremonial.

En la explanada ubicada entre las Huacas del Sol y de la Luna se asentó la población de élite, cuyas actividades estaban vinculadas a los servicios para la Huaca de la Luna (vivían sacerdotes, alfareros, metalurgistas y otros artesanos que fabricaban objetos de uso ritual).

La gente del pueblo vivía en los alrededores de la Huaca de la Luna, y no ingresaba al templo.

 

Organización

La sociedad Mochica fue altamente jerarquizada, y estaba dominada por una élite gobernante que concentraba el poder político, militar y económico.

El poder de la élite se basaba en un estructurado y rígido conjunto de ceremonias rituales; donde las más importantes eran sin duda los sacrificios humanos. Pocas veces las mujeres asumían roles de mucha importancia en los rituales, exceptuando a la sacerdotisa que se encargaba de la preparación de los prisioneros y la presentación de la copa con sangre de la víctima.

Por debajo de la élite estaban los administradores y artesanos, y en la base de la pirámide social se encontraban los campesinos.

Señor Mochica
Guerrero
Noble
Artesano

 

Rituales

En su época de auge, entre los años 450 y 650 después de cristo, la Huaca de la Luna (Perú) estaba formada por dos plataformas intercomunicadas mediante tres plazas, y se ingresaba a ella por el lado norte de la plaza principal, donde se han encontrado vestigios humanos con huellas de haber sido sacrificados.

Según los investigadores, tales sacrificios no se realizaban por el simple hecho de derramar sangre, sino para agradar a los dioses que dominaban las fuerzas de la naturaleza y ordenaban la vida.

La Huaca de la Luna, ubicada en un paisaje dominado por el Cerro Blanco, tuvo una fachada de apariencia majestuosa, que conducía a pasadizos cada vez más estrechos, donde en un determinado punto del recorrido los visitantes tuvieron que formar “fila india” para continuar avanzando.

La creciente estrechez de los caminos que conducen hacia la plataforma donde se realizaban las ceremonias rituales, evidencia que los sacrificios se iniciaban con ceremonias realizadas en una plaza pública; pero continuaban y concluían en recintos privados, donde sólo estaban el sacerdote oficiante y algunos miembros de la élite mochica.

Es oportuno insistir que en la cosmovisión mochica, los sacrificios humanos no respondían a un simple afán de violencia, sino a creencias religiosas que estaban muy arraigadas en un pueblo que dependía de las fuerzas del sol, las montañas, el mar, los vientos, los ríos, las lluvias y la tierra, para continuar viviendo.

La primera plaza era suficientemente amplia para acoger miles de personas. Desde allí los visitantes podían apreciar las imágenes que hasta ahora adornan las paredes internas del recinto, y el inicio de las ceremonias rituales.

Había una segunda plaza de dimensiones menores a la primera, que podía acoger a un número menor de personas.

La tercera plaza presenta tres sectores correspondientes a distintas épocas de uso del monumento arqueológico. Allí se encontraron restos de personas que fueron sacrificadas durante las ceremonias rituales.

Por los signos de calcinación que muestran algunos restos humanos sacrificados en la Huaca de la Luna, los antropólogos físicos deducen que después de los sacrificios, los cuerpos eran dejados a la intemperie durante largos periodos de tiempo.

Recientes estudios de ADN mitocondrial, que fueron realizados comparando los restos humanos recuperados de las tumbas correspondientes a personajes de élite, artesanos y sacrificados; demuestran que las personas que fueron entregadas como ofrendas a los dioses, no fueron traídos de otros pueblos, sino que eran guerreros profesionales, pertenecientes a la misma etnia mochica.

El ADN mitocondrial se obtiene a partir de la dentadura. Las investigaciones realizadas a partir de él ofrecen ciertas limitaciones, ya que no permiten conocer la secuencia genética completa del individuo estudiado, sino sólo la ascendencia materna. Generalmente se le usa cuando no hay restos de tejidos con ADN vivo, que permitan hacer estudios de ADN más completos, que arrojen información sobre la secuencia genética materna y paterna.

Restos de prisioneros mochicas sacrificados.

Alimentación Mochica

Los estudios de la dieta Moche, que los arqueólogos -y otros investigadores de ciencias afines- realizan en base al análisis de los materiales orgánicos (restos de huesos cocinados, semillas, etc.), que han sido recuperados de la ciudad ubicada entre las Huacas del Sol y de la Luna son importantes para conocer la vida doméstica, por ejemplo cuales fueron los hábitos alimenticios de los Moche.

Para encontrar los materiales orgánicos que resultan muy pequeños, los arqueólogos tamizan el desmonte extraido de las excavaciones, una y otra vez, usando rejillas con orificios de diferentes dimensiones. Las semillas, huesos y demás restos de alimentos que van quedando sobre la superficie del tamiz son clasificados para luego analizarlos en los laboratorios, con el objeto de obtener información respecto a su especie, antigüedad, densidad, etc.

Según los investigadores, los pobladores más poderosos tuvieron capacidad para obtener mayor variedad de alimentos, vestuario confeccionado con materiales procedentes de regiones lejanas, etc.
Considerando que los patrones de consumo revelan la capacidad que tuvieron los pobladores para obtener determinados recursos, podemos concluir que los estudios de la dieta Moche también contribuyen a identificar cuáles fueron los grupos sociales que ocuparon la ciudad ubicada entre ambas huacas o templos.

Conservación

Desde que se iniciaron los trabajos de investigación, en 1991, el Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna aplica una política y metodología de excavación interdisciplinaria, para asegurar la correcta recuperación de la información científica y la conservación inmediata de los restos arqueológicos (pinturas murales, relieves, huacos, textiles y otros materiales).

El Proyecto respeta la condición de “obra de arte en actual estado de ruina”, de la Huaca de la Luna, por eso el antiguo templo Moche no ha sido restaurado. Es decir, allí no se han repuesto los muros que ya habían desaparecido, ni se han retocado los colores que estaban deteriorados.

Solamente se han realizado trabajos de conservación y consolidación, consistentes en anular las causas del deterioro constante, como evitar que la luz del sol, la lluvia y el viento caigan directamente sobre las superficies polícromas; aplicar productos químicos para anular la acción de las bacterias que destruyen los componentes orgánicos de los muros y colores; y reforzar las estructuras que estaban a punto de caer, para rescatar el valor documental y estético del monumento arqueológico.

Para garantizar mejores resultados, el Proyecto ha puesto especial atención carácter interdisciplinario de los trabajos de investigación y de conservación del antiguo templo Moche. Por ese motivo se cuenta con el constante aporte de diferentes especialistas como biólogos, químicos, climatólogos, ecólogos, y otros.

Es oportuno destacar el Proyecto aplica una política de conservación preventiva, siguiendo una metodología de trabajo que ha sido diseñada para responder a la problemática específica de la Huaca de la Luna, respetando los principios vigentes a nivel internacional, como la Carta de Venecia, la teoría propuesta por Cesare Brandi y las recomendaciones de la UNESCO.

 

 

 

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One Comment

  • gracias muy completa bueno casi, es que e falta:
    -por quien fue estudiada
    -que medidas han tomado de preservación
    -que mejor inversion se ha dado en la actualidad
    -las empresas QUE aportaron y las que NO son…………..,etc,etc,etc

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